La política, con frecuencia, se ha visto manchada por la desconexión entre quienes gobiernan y quienes son gobernados. Sin embargo, en San Juan, Marcelo Orrego ha roto ese molde al erigirse como un líder que no solo escucha, sino que comprende y actúa. Su estilo de gobierno es una bocanada de aire fresco en un país acostumbrado a mandatarios encerrados en oficinas y alejados de las calles. Orrego no solo ha demostrado capacidad técnica y estratégica, sino también un talento nato para estar donde realmente importa: cerca de la gente.

Desde los inicios de su mandato, ha quedado claro que su prioridad es construir puentes, no muros. Al habilitar el Paso de Agua Negra junto a su par chileno, Darwin Ibacache, Orrego dejó en evidencia su enfoque colaborativo, comprendiendo que las conexiones internacionales son esenciales para potenciar el turismo, el comercio y el desarrollo regional. Este acto no fue un evento aislado, sino parte de una visión más amplia de integración y progreso, una que no deja de lado las necesidades locales.

El liderazgo de Orrego destaca por su humildad. Mientras otros gobernadores del pasado se refugiaban en oficinas con aire acondicionado, él camina las calles, escucha de primera mano los problemas de los sanjuaninos y actúa en consecuencia. Así lo demostró al inaugurar la delegación del Registro Civil en Las Flores, una acción que beneficia directamente a los vecinos de una de las zonas más alejadas de la provincia. "Apenas tuvimos la posibilidad, tomamos la decisión de llevar adelante esta acción para beneficiar a todos los iglesianos", expresó durante el acto. Estas palabras reflejan su compromiso con un gobierno cercano, ágil y efectivo.

El filósofo Epicteto decía: “No nos afecta lo que nos sucede, sino lo que pensamos sobre lo que nos sucede” . Orrego, en lugar de lamentarse por la falta de recursos que otras gestiones recibieron, optó por transformar las limitaciones en oportunidades. En la entrega de 135 viviendas en el barrio SUOES, subrayó cómo, a pesar de las restricciones presupuestarias, su equipo ha mantenido las metas gracias al esfuerzo conjunto con la ciudadanía.

Un aspecto crucial de su gestión ha sido el énfasis en la modernización e innovación. La visita del secretario nacional de Innovación, Ciencia y Tecnología, Darío Genua, a San Juan subraya la relevancia que Orrego otorga a la ciencia y la tecnología como pilares del desarrollo. Este encuentro, que abordó temas como la gestión integral del agua y las tecnologías digitales, no solo posiciona a la provincia en la agenda nacional, sino que también sienta las bases para un futuro más sostenible e inclusivo.

La recuperación de rutas provinciales, un proyecto ambicioso en ejecución, demuestra su capacidad para equilibrar la modernización con la atención a las necesidades básicas. Esta iniciativa no solo mejorará la infraestructura vial, sino que también tendrá un impacto directo en la economía y la seguridad de los sanjuaninos.

Lo que diferencia a Orrego de otros políticos es su capacidad genuina para conectarse con las personas. Este talento, lejos de ser aprendido, es un reflejo de su autenticidad y empatía. Otros líderes han intentado copiar su estilo, inundando redes sociales con mensajes e imágenes que buscan simular una cercanía que nunca cultivaron. Sin embargo, como bien señala el escritor Ralph Waldo Emerson: “Lo que eres habla tan alto que no puedo escuchar lo que dices” . La diferencia está en que la cercanía de Orrego no es una fachada; es el resultado de años de trabajo genuino al servicio de su comunidad.

Su capacidad para escuchar y dialogar ha inspirado a otros políticos a abandonar sus zonas de confort. No obstante, pocos comprenden que no basta con caminar las calles o tomar fotos en redes; la verdadera conexión con la gente requiere un corazón humilde y un compromiso sincero con el bienestar colectivo.

Orrego no solo gobierna en el presente, sino que diseña un futuro próspero para San Juan. Su decisión de interactuar con todos los sectores, incluyendo la Justicia y las municipalidades, ha fortalecido un modelo de gestión basado en la colaboración. Este enfoque inclusivo no solo ha mejorado los servicios públicos, sino que también ha cimentado la confianza de la población en su gobierno.

En un contexto político donde la desconfianza es la norma, Orrego se erige como un faro de esperanza. Su éxito no radica únicamente en sus logros tangibles, como la entrega de viviendas o la recuperación de rutas, sino en su capacidad para inspirar a una provincia entera a creer en un liderazgo honesto y efectivo.

Un rasgo distintivo de Marcelo Orrego es su compromiso con la austeridad, una característica que lo acompaña desde su exitosa gestión en Santa Lucía y que hoy aplica con maestría al frente de la gobernación. Con una comitiva acotada, sin grandes aparatos ni despliegues circenses, Orrego deja claro que el foco de su administración no está en lo superficial, sino en lo esencial. Su estilo de gobierno, conocido como el "modo Santa Lucía", se basa en tres pilares fundamentales: obras concretas, gastos controlados y una sensibilidad genuina hacia las necesidades de la gente.

Esta fórmula no solo ha dado resultados tangibles, sino que también lo posiciona como uno de los gobernadores con mejor imagen del país. La austeridad de Orrego no es sinónimo de carencia, sino de eficiencia: cada peso público se destina a acciones que realmente impactan en la vida de los sanjuaninos, desde viviendas hasta rutas, pasando por innovaciones tecnológicas y políticas de inclusión. Esta visión austera pero efectiva lo ha convertido en un ejemplo nacional, demostrando que es posible gobernar con cercanía, sensibilidad y resultados.

El liderazgo de Marcelo Orrego nos recuerda las palabras de Mahatma Gandhi: “La mejor manera de encontrarte a ti mismo es perderte en el servicio a los demás” . Su cercanía con el pueblo no es una estrategia política, sino una filosofía de vida que ha transformado la manera de gobernar en San Juan.

Mientras otros políticos intentan emular su estilo, olvidan que la verdadera conexión con la gente no se puede fabricar; debe nacer del alma. Orrego, con su humildad y determinación, ha demostrado que es posible liderar con la humanidad, logrando un equilibrio perfecto entre la acción y el diálogo. Su gestión es un ejemplo a seguir, no solo para San Juan, sino para toda la Argentina.

Por: Dr. César Jofré