La Escuela Educación Popular, situada en Balcarce 2262 Norte, enfrenta desde febrero una crisis de abastecimiento de agua que afecta a sus 200 alumnos y al personal educativo. A pesar de los esfuerzos del personal del obrador, las reparaciones han sido insuficientes y el problema persiste, afectando el funcionamiento del establecimiento que opera durante 8 horas diarias. La presencia de un comedor agrava la situación, ya que la higiene y la preparación de alimentos requieren de un suministro constante de agua. Los porteros se ven obligados a trabajar con agua de un surtidor en la calle, manejándose con baldes, una solución temporal y poco práctica.

La directora del establecimiento, Claudia Álvarez, ha señalado que no toma medidas adicionales debido a la falta de autorización del Ministerio de Educación para suspender las clases o implementar soluciones alternativas. Esta postura ha generado descontento entre padres y personal, quienes consideran que no se están tomando las medidas necesarias para garantizar un ambiente adecuado y seguro para los estudiantes. La supervisora del Ministerio de Educación, Nancy Falcón, asistió al establecimiento y le dijo a la directora que, por orden del Ministerio de Educación, todos deben trabajar igual pese a las condiciones adversas.

La falta de agua no solo impide el desarrollo normal de las clases, sino que también compromete la higiene y la seguridad del entorno escolar. La situación en la Escuela Educación Popular refleja una falta de coordinación y eficacia en la gestión de infraestructuras por parte de las autoridades educativas. La repetida interrupción del suministro de agua y la falta de medidas decisivas subrayan una falla en la respuesta institucional ante una crisis que afecta directamente a la educación y bienestar de los alumnos.

Es urgente que las autoridades educativas tomen medidas efectivas para resolver el problema de abastecimiento de agua en la Escuela Educación Popular. La comunidad educativa necesita un entorno seguro y saludable para desarrollar sus actividades. Es crucial que el Ministerio de Educación autorice las acciones necesarias para garantizar un suministro de agua constante y fiable. La falta de acción no solo perjudica el presente educativo de los alumnos, sino que también mina la confianza de la comunidad en las instituciones encargadas de velar por su bienestar. Es inaceptable que este problema persista desde febrero, considerando que se tuvo tiempo suficiente durante las vacaciones para solucionarlo.

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