lunes 17 de junio de 2024 - Edición Nº1461

Locales | 25 may 2024

NACIONAL

25 de mayo de 1810: las sanjuaninas fueron parte de la Revolución

Madres, esposas, novias, vecinas solteras, cultas o trabajadoras, hijas y hermanas, con sencillez o con la protagonismo de las valientes, con el corte y la confección o con el fusil, la oración y el discurso inflamado, todas ellas fueron parte de la gestación de la Patria.


El rol de la mujer, en 1810, fue clave para la gesta revolucionaria y los tiempos que sobrevinieron. La educación en San Juan no tenía que ver tanto con la escuela, la Escuela del Rey y posteriormente la Escuela de la Patria, sino más bien en la formación de nociones políticas. Estas cuestiones que se hablaban sobre la Revolución, las mujeres las difundían hacia adentro de los hogares.

En éste contexto histórico, La jachallera Juanita Ormeño tenía 15 años y fue la única que salió a la calle a celebrar la noticia de la Revolución de Mayo, que llegó a San Juan recién el 17 de junio de 1810.

Sin dudarlo ni un instante, Juanita Ormeño se cortó las trenzas, se puso un vestido azul y blanco que le había confeccionado su madre y salió a la calle a celebrar. Cantó y bailó en la plaza de la villa y luego ingresó a la iglesia de San José. No tardaron en aparecer los que desaprobaban la conducta y terminaron agrediendo a la joven de 15 años, la única en el pueblo de Jáchal que se animó a festejar públicamente la Revolución de Mayo.

La situación terminó en una gresca callejera. Pero la iniciativa de Juanita fue imitada por el resto de los pobladores, incluso en la ciudad. Esto ocurrió el 17 de junio de 1810, cuando llegó a San Juan la noticia de la revuelta contra los realistas en Buenos Aires. Años más tarde, José de San Martín castigó a los agresores de Juanita.

Audaz y transgresora para la época, esta jachallera se atrevió no sólo a desafiar los designios de la moda al cortarse el pelo como un hombre, sino también al expresar públicamente su ideología política.

Este suceso, que duró algunas horas, sirvió de ejemplo para que en el resto de la provincia salieran a festejar, según aseguran los historiadores. Así, la figura de Juanita se convirtió con el tiempo en el símbolo de reivindicación del género femenino y la libertad.

Aristocráticas, indígenas, campesinas y trabajadoras también lucharon por la patria

En la historiografía fueron apareciendo mujeres que participaron activamente en el proceso revolucionario. Las reuniones sociales, más allá de que se las muestre como algo ilustrativo o decorativo de un relato histórico, eran muy importantes porque eran como las redes sociales de hoy, ahí se definían las revoluciones y se enteraban de las noticias que venían del extranjero.

El 25 de mayo marcó un antes y un después en Argentina, desde ese momento el país comenzó un proceso de emancipación de la corona española por voluntad popular.
Desde la primaria en las escuelas se enseña que los héroes de la patria fueron hombres: Cornelio Saavedra, Juan José Castelli, Mariano Moreno y Manuel Belgrano, entre otros.
De esta manera, el 25 de Mayo de 1810 se conformó la Primera Junta de Gobierno de las Provincias del Río de la Plata luego de derrocar al Virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros.

No es casual que los próceres varones hayan quedado en la historia oficial: en ese entonces a las mujeres no se les permitía participar en política (públicamente) y los registros sobre su presencia son muy escasos. Sin embargo, su rol fue fundamental en la Revolución.

En la actualidad los historiadores pudieron corroborar que muchas mujeres aristocráticas, indígenas, campesinas y trabajadoras también lucharon por una patria más justa, igualitaria y representativa.

Las mujeres del siglo XIX eran las encargadas de ocuparse de los comercios, los negocios familiares y la alimentación de sus hijos cuando los hombres se iban a las batallas o de campaña. Ellas mantenían la economía circular en las ciudades y en los hogares. Además, en los meses previos de la Revolución las mujeres eran las encargadas de brindar los salones de sus propias casas como espacio de discusión política en medio de la gesta revolucionaria.

En estos salones privados las mujeres tenían más posibilidades para emitir su posición política, generar acciones junto a otras mujeres o aconsejar a sus maridos sobre qué hacer con el futuro del Río de la Plata.

 

FUENTE: SI SAN JUAN

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