sábado 02 de noviembre de 2024 - Edición Nº1599

Locales | 29 sep 2024

EDITORIAL

Fabián Gramajo: la carrera política de un ex intendente atrapado en sus ilusiones

La política no perdona, y en un escenario cambiante, figuras como Gramajo deben enfrentar una dura realidad, donde la competencia es feroz y la perpetuidad es un espejismo.


 

El caminar errático de Gramajo, ex intendente de Chimbas, en su intento de permanecer visible en el escenario político, ha comenzado a mostrar grietas. Aparece promocionando comercios en Zonda, visitando el departamento de Iglesia, y dando vueltas por Rivadavia. Sin embargo, cada vez se vuelve más evidente que su momento ha pasado. Como muchos otros ex intendentes que alguna vez disfrutaron de un poder considerable, ahora enfrenta la dura realidad de quedar relegado al olvido. En su desesperado intento por mantenerse vigente, busca una diputación nacional. Sin embargo, esta ambición carece del respaldo de un equipo consolidado y de una estructura sólida. Además, figuras fuertes dentro del peronismo, como Gioja y Uñac, no parecen dispuestas a abrirle paso.

Uno de los mayores errores de Gramajo es suponer que todo el pueblo de Chimbas lo sigue fielmente, lo que denota una lectura errónea del escenario político. La confusión radica en creer que el electorado chimbero es "Gramajista." Esta falsa concepción es un espejismo que se desvanece a medida que los ciclos políticos evolucionan. La reciente irrupción de fuerzas políticas como la de Javier Milei en la última elección ha dejado en claro que el panorama ha cambiado. El Gramajismo, junto con otras fuerzas tradicionales, ha sido barrido, lo que revela una realidad que Gramajo no parece haber anticipado.

La situación de Gramajo recuerda a una vieja disputa política, cuando Camacho se posicionaba firmemente en oposición a Mañé, polarizando el escenario político y consolidándose como su principal rival. En la actualidad, es Eduardo Núñez quien está desempeñando un rol similar, colocándose como la alternativa frente a Gramajo, apoyado por una estructura sólida y bien organizada que lo respalda en su camino hacia el liderazgo de Chimbas.

No es un secreto que Gramajo ha ido perdiendo apoyos dentro de su propio espacio político. Algunos de sus concejales más cercanos ya no están interesados en seguir su liderazgo, lo que debilita aún más su posición. En el contexto actual, donde la política y el poder se entrecruzan de maneras impredecibles, la billetera muchas veces pesa más que las lealtades. Un claro ejemplo es Luis Rueda, quien, desde el Bloquismo en Rawson, ha comenzado a dialogar con el Orreguismo, demostrando que las alianzas pueden cambiar rápidamente. Esta dinámica es indicativa de un escenario político en constante movimiento, y Gramajo parece estar quedándose atrás, atrapado en una marea que ya no controla.

Frente a la decadencia de Gramajo, Núñez ha sabido afianzarse en el territorio de Chimbas, destacándose como una figura clave en la administración de Marcelo Orrego. De hecho las encuestas locales indican que en ciertas zonas del departamento de Chimbas, el concejal orreguista mide más que Gramajo y su esposa. Su conocimiento profundo de los temas esenciales para el departamento, adquirido durante su experiencia en un estudio jurídico, le ha permitido articular respuestas efectivas a las necesidades de los vecinos. Con más de 18 años apoyando el proyecto de Orrego, el concejal del oficialismo se ha consolidado como un referente de confianza, especialmente en las áreas más vulnerables de Chimbas, donde su presencia y trabajo constante han marcado una diferencia significativa.

Lo que distingue a Núñez no es solo su trayectoria, sino su capacidad para conectar con la gente. En un contexto político donde la cercanía con la comunidad es esencial, también ha sabido ganarse la confianza de los chimberos, atendiendo sus demandas y ofreciendo soluciones concretas. No se trata simplemente de hacer presencia, sino de estar presente en los momentos en que la gente lo necesita. Esta proximidad con los ciudadanos lo coloca en una posición privilegiada dentro del Orreguismo, proyectándolo como uno de los líderes emergentes más fuertes en Chimbas.

La estructura que apoya a Núñez no es solo institucional, sino también popular. Ha conseguido conectar con sectores diversos, desde el centro hasta la periferia del departamento, consolidando su presencia en áreas donde la vulnerabilidad es alta y la atención política escasea. Su experiencia y conocimiento de los problemas locales le otorgan una ventaja sobre otros actores políticos, que muchas veces carecen del arraigo necesario para influir de manera efectiva en el territorio. En ese sentido, el concejal de confianza de Marcelo Orrego está replicando una estrategia que ha sido efectiva en la historia política: colocarse como la alternativa sólida y confiable ante figuras desgastadas.

La política, al final del día, es un juego de relevancia y poder. Gramajo, quien en su momento fue una figura influyente bajo el ala de Uñac, ahora enfrenta las consecuencias de su pérdida de influencia. Cuando los colores políticos de la nación y la provincia no coinciden, los actores locales suelen pagar el precio. En este caso, Gramajo parece estar tomando su propia medicina: en su momento supo bloquear a otros, y ahora otros lo bloquean a él. El desgaste de su liderazgo es evidente, y la falta de un equipo cohesionado solo agrava su situación. 

Hubo un tiempo en que los triunfos del Giojismo y Uñaquismo se celebraban con alegría y en grande. Los boliches del productor de espectáculos Hugo De Bernardo, oficialista de siempre, eran el escenario de esas fiestas donde los éxitos políticos se festejaban entre aliados cercanos. Curiosamente, una figura solía quedar fuera de estos festejos: Fabián Gramajo. Hoy, esa exclusión parece simbólica, como un presagio de lo que vendría para su carrera política.

En la actualidad, Gramajo enfrenta un panorama complejo. Su cálculo parece sencillo: si el oficialismo logra meter dos diputados en las próximas elecciones, él podría colarse por la minoría. Sin embargo, este escenario no solo es incierto, sino cada vez más improbable. La política sanjuanina ha demostrado que nada es seguro, y menos aún para aquellos que carecen de un espacio real de poder.

Uno de los factores que agrava la situación de Gramajo es el avance de Javier Milei, quien, de la mano de su hermana Karina, ha salido a consolidar el partido libertario en todo el país. Este movimiento político, que arrasó en las elecciones pasadas, representa una amenaza directa no solo para el oficialismo tradicional, sino también para aquellos actores, como Gramajo, que intentan mantenerse a flote sin una estructura sólida. La irrupción de Milei en el escenario político nacional ha cambiado las reglas del juego, obligando a muchos políticos a repensar sus estrategias y alianzas.

La diferencia entre Gramajo y Núñez es clara. Mientras uno parece perder terreno a cada paso, el otro sigue consolidándose. Gramajo puede seguir recorriendo departamentos, pero lo hace sin dirección, sin un propósito claro. Núñez, en cambio, ha sabido articular una propuesta política que no solo tiene peso en Chimbas, sino que se proyecta a largo plazo. Su estrategia no se basa en la improvisación, sino en el trabajo constante y el respaldo de una estructura que entiende el juego político y sabe cómo mover sus piezas.

En conclusión, mientras Gramajo continúa vagando sin rumbo por el mapa político de San Juan, Eduardo Núñez emerge como una figura sólida y confiable, lista para asumir un papel protagónico en el futuro del departamento de Chimbas. La política, como bien dijo Heráclito, está en constante cambio, y aquellos que no sepan adaptarse a las nuevas realidades están condenados a quedarse atrás. Gramajo ha perdido esa capacidad de adaptación, mientras que el concejal Núñez ha demostrado que entiende hacia dónde va el viento, y está listo para navegarlo con fuerza y determinación.

 

Por: Dr. César Jofré

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