sábado 06 de diciembre de 2025 - Edición Nº1998

Locales | 30 nov 2025

EDITORIAL

Orgullo de barrio

Una final sanjuanina que recordó que el fútbol, cuando es familia, deja huellas más profundas que un ascenso.


 

Me acerqué a ver un evento deportivo para acompañar a un gran amigo de muchos años: Guillermo Álvarez, el técnico de Defensores de Argentinos. Fui como uno más, con esa emoción que se mezcla con la nostalgia de los buenos recuerdos y el respeto por quienes trabajan cada día para que el fútbol siga siendo ese refugio popular que nunca pierde vigencia.

La cancha del Club Sportivo Peñarol, con una entrada accesible pensada para que nadie quedara afuera, se transformó en un pequeño santuario deportivo. Allí, Defensores de Argentinos y Villa Hipódromo disputaron algo más que un ascenso: jugaron por el orgullo propio y por ese valor silencioso que guarda el fútbol de los barrios. Fue una final histórica de la Primera B sanjuanina, una de esas que encienden la memoria colectiva.

Defensores de Argentinos se impuso 2 a 0, con autoridad, con juego y con alma. Pero el resultado fue apenas la mitad del relato. El gesto más profundo llegó después del pitazo final: los aplausos cruzados —primero desde Villa Hipódromo hacia el campeón y luego del campeón hacia quienes pelearon hasta el último minuto— dejaron en evidencia que todavía existe un fútbol capaz de conmover sin gritar.

También quiero destacar algo que muchas veces queda en segundo plano, pero que hoy merece ser subrayado con fuerza: la actuación policial. Fue impecable. Ordenada, atenta, respetuosa. Garantizó la seguridad de todos, desde los más chicos hasta los mayores, permitiendo que el evento transcurriera en absoluta paz. Cuando el fútbol es familia, la seguridad se vuelve el corazón silencioso de la fiesta, y hoy la Policía estuvo a la altura.

A un costado del campo, el equipo que había concentrado en el Hotel El Mendocino celebró con una mezcla justa de emoción y serenidad. Sabían que habían dado un paso gigante: ascender a la A de la Liga Mayor del fútbol sanjuanino no es solo un logro deportivo, es un mensaje de identidad y pertenencia.

Hoy ganó un campeón, sí. Pero también ganó el fair play, la humildad y ese espíritu que hace del fútbol un rito social. En tiempos donde los gestos nobles escasean, haber sido testigo de ellos vale tanto como el ascenso mismo.

Y al cierre, mis felicitaciones al público presente, que acompañó con respeto y alegría, y a la organización, que trabajó con una dedicación ejemplar para que esta jornada fuera realmente inolvidable.

 

Por Dr. César Jofré 

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